«El complejo y heterogéneo programa se descompone en edificios lineales escalonados, formándose a modo de gran chaflán en la confluencia de dos importantes bulevares de la ciudad.»

Proyecto diseñado y ejecutado por el equipo de arquitectos dirigido por Carlos Ferrater.

Las instituciones de la Generalitat Valenciana que integran este pequeño parque tecnológico deseaban crear un centro de cobijo a modo de semillero para un conjunto de nuevas empresas de diversos sectores, innovadoras tecnológicamente, así como situar la sede del IMPIVA en Castellón.

El complejo y heterogéneo programa en el que coexisten desde oficinas, talleres, pequeñas naves industriales, y despachos, se descompone en edificios lineales escalonados, formándose a modo de gran chaflán en la confluencia de dos importantes bulevares de la ciudad, con las montañas como fondo. En su geometría asimétrica los edificios generan un delante que recoge los accesos principales y un detrás que organiza los accesos secundarios, los aparcamientos y las zonas de descarga.

El proyecto liderado por Carlos Ferrater, explora las relaciones entre el espacio interior y exterior, la forma de recorrer el edificio como soporte a un programa heterogéneo en el que las diferentes piezas: pequeñas naves semi-industriales, laboratorios, despachos, dependencias institucionales y servicios quedan cosidos en un continuo construido de las fachadas concebidas como un todo abstracto en el que la construcción de las diferentes membranas constituye el mayor esfuerzo, convirtiéndose el conjunto de testeros en la expresión formal del edificio. Cada testero viene reforzado interiormente por un largo contenedor de programa, y es precisamente en el cosido de todos ellos donde aparece la sensación espacial, el  juego de la luz frontal y cenital, la ambigüedad de la situación respecto al exterior y la relación con el paisaje.

1994-1995. Ganador, Premios Arquitectura COACV
1996. Finalista, Premio Mies van der Rohe
1996. Finalista, Premio IberFAD
1997. Ganador, Premio Nacional de Arquitectura Construmat
1999. Ganador premio Levante-EMV